lunes, 28 de noviembre de 2011

Una vez la luna….

Una vez la luna
de tan inmensa
se cayó en el horizonte…
El mar se tiñó de nácar…
La marea comenzó a navegarme…
Mientras avanzaba,
en las crestas de las olas
las sirenas hechizadas,
melodías de Edith Piaf entonaban…
Los niños con sus castillos
desde la playa observaban …
Un crucero quedó en tinieblas…
Miles de barcazas
en estrellas remontaban…
Pequeños botecitos
en su centellear guiaban…
Atraídos por el espectáculo
miles de “nadies”,
de brazos en alto
y paso seguro
con pigmentos en las paletas,
se acercaban…
Los “che” no entendían…
Pero al ver los colores
arriesgaron un sueño…
Se dieron las manos,
abrazaron la mar,
besaron las playas…
Los castillos, cedieron…
Blancas palomas
los aires surcaron…
Florecieron los campos
Compartieron dulzuras
Se poblaron escuelas…

“Baila, baila la danza de la fortuna,
Baila, baila en el cielo de primavera
El viento, convirtiendo las hojas de los bosques”


Siempre oportuna,
en ese momento,
nació otra luna.


Imagen: Silvia Massimino
http://angelesdebarro.blogspot.com/

Edith Piaf
, "El gorrión de París", 1915-1963

viernes, 25 de noviembre de 2011

Una noche cualquiera

Giro…
giro hacia la izquierda,
roto la cabeza.
Muevo una de mis piernas.
La tenso.
Repto…
repto hacia abajo.
“Desplazamiento horizontal”
Traslado mi cuerpo…
Encojo mi pierna izquierda.
Con la planta del pie
toco la rodilla de la pierna tensa.
Un cuatro…
Un cuatro perfecto.
El dorso de mi mano izquierda
sostiene el mentón.
Soy consciente de mi cuerpo,
de sus contornos.
Los hombros desalineados…
El derecho hacia abajo.
Corrijo la posición
apoyando el dorso de la mano
en la cadera…
Otro cuatro.
Mi brazo derecho y mi tronco
forman otro cuatro.
Me relajo…
Levito…
Me veo desde lo alto…
Mi cuerpo es un cuarenta y cuatro…
No tiene correlación con la “función movimiento”
pero me relajo y busco…
Busco el centro de simetría…
Creo encontrarlo en la tercera lumbar…
Un leve peso en mi espalda…
Es tu mano…
Tu mano me busca…
Me sobresalto,
y en mi cama vacía,
presiento otra noche de insomnio…

Imagen: Mujer dormida sobre una almohada roja
Pablo Picasso

martes, 22 de noviembre de 2011

Don Eduardo (sólo para fanáticos)

Sus venas, abrió mis ríos
que me navegaron sin piedad
en épocas oscuras.

Su América renació
y es Mi Patria.

Caminé su utopía
buscando el horizonte
Caminé…
Esta vez, sin fronteras…
Así encontré a mis hermanos
tanta veces negados…


Con Fuego en la Memoria,
Abrazos compartidos
y el sol como meta,
leí su Fútbol siendo agnóstica.
Fue cuando Patas Arriba
descubrí…
Descubrí el problema…
El problema no es el deporte,
es el uso que hicieron de él
los asesinos del futuro.
Recién ahí,
pude cantar
“La canción de Nosotros”.

Gracias Eduardo Galeano por tanta vida compartida

Eduardo Galeano, nacido en Montevideo el 3 de septiembre de 1940.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Instantes

Mi mirada punzante
se clava en un punto lejano.
Quisiera escarbar…
Que la holgura
deje al descubierto tu mano.
Mano de artista…
Que en pinceladas certeras
me de vida,
me despierte.
Agigante a la niña dormida
Me veré nacer…
Velar tu sueño.
Abrigarte…

Palpito…
Con rojos profundos
se entrelazarán los cuerpos.
Permanecerán siglos
en el olvido del tiempo.

Te contemplo.
Renazco…
Estoy en tu imagen…
Inocente
Ansiosa
Urgente
Piel suave
Brillo

En ese centellear,
reacciono…
Tomo distancia…
Contemplo otra vez tu obra…
Desde mi lugar…
Fuera del lienzo.

Imagen:
Leonid Afremov

lunes, 14 de noviembre de 2011

Espero

Mi música no calla en otoño
Ya se libera mi voz
Porque me duele el hambre del otro
Porque mi ropa esclaviza al hermano
Porque no me impongo silencio
Porque me lastiman los grises
Porque mantengo el delirio intacto
Porque mi verbo me quema
Porque tu dolor derrite la muerte
Porque te sueño libre
Porque recuerdo las guitarras en la noche
Porque las copas de vino quedaron inconclusas
Espero
Para que el juego no abandone tu niñez
Para que en el aula encuentres abrigo
Para que te acunen brazos de pétalos...
Y en la tibia leche materna
nazca el mundo que será nuestro.

Espero...
Pero espero con la garganta en llamas.





Imagen:
Mujer llorando, Cándido Portinari

martes, 8 de noviembre de 2011

Amuleto

Mi fantasía me colgó alas,
delineó mis ojos de ámbar
y fui calandria.
Volé por el mundo cantando amaneceres.

Mi fantasía me dio un beso en la boca.
Sentí amotinar mi sangre,
descubrí nuevos colores,
descifré palabras de poetas,
levitó mi cuerpo,
me colgué de una nube
que me vistió de algodones,
observé el mundo...
Simplemente,
allí estabas.

Mi fantasía me dio un abrazo inmenso.
Sentí los contornos de mi cuerpo,
canté a mi sangre amotinada
y me sentí viva.
Mis ojos se encendieron en estrellas
Iluminé el camino,
sólo para volver a verte.

Mi fantasía es sólo eso, una forma de vida.
Retazos de sentimientos lanzados al viento.
Para mantenerla viva,
invoco la protección
del Señor de los Sueños.
A él le pido:
Que me aleje del descreído
de la cordura del sensato
del tedio de la rutina
de las multitudes aturdidas
que proteja mis silencios
que la luna sea eterna
y tu figura...
Tu figura, mi amuleto.