lunes, 8 de abril de 2013

Vivir la vida


Cuando dejamos caer los párpados, dulcemente las pestañas aprisionan nuestros sueños....
Es en ese momento, cuando el silencio nos acompaña, que podemos escuchar la música maravillosa y vivir nuestra vida...
Vemos las aves volar... Cada una lleva una nota en su pico... Para poder seguirlas nos tomamos de las fusas que abandonan en el camino... Las alcanzamos... Nos montamos en su lomo y echamos a volar despreocupadamente...
Podemos ver el planeta Tierra con sus azules brillantes uniendo continentes...
Al son de un vals, bailan las nubes... Ahí... Ahí se puede oír, suave, tiernamente, el nuevo sonido de la octava nota... En ese instante descubrimos que, sin darnos cuenta, estábamos caminando el pentagrama de la vida...
Vemos sus caminos bifurcados... Los paralelos... Las manos tendidas en el horizonte y la columna vertebral de América alzándose orgullosa a los pies de sus hijos...
Para observar mejor, abandonamos el lomo del ave intrépida y nos tomarnos de sus alas... Los ocres se desprenden de los árboles para alfombrar las calles... Nos sorprenden los pétalos de rosa bailando al compás de los violines de Vivaldi...
En un movimiento seco, se despegan nuestras pestañas... No nos queda otra que comenzar a dormir profundamente la jornada hasta el próximo sueño vida... Entonces, agotados de tanto día, bajamos nuevamente nuestros párpados para vivir la vida...

08/04/13

lunes, 1 de abril de 2013

30 de marzo. Crónica

1982, 30 de marzo... Cumplía jóvenes y floridos años... Tan floridos que resolví “festejar” con mis amigos en La Plaza... Tan jóvenes que me permitieron ganar “los quinientos metros llanos” corridos por Alem... Aseguro que salí tan airosa que ni siguiera recibí un rasguño en mi piel... Aunque en determinado momento había perdido hasta el último aliento tratando de descubrir el mínimo sonido que identificara a uno de los míos... No podía darme el lujo de volver la vista atrás... Mi pañuelo estaba seco... Alguien me pasó uno con vinagre...
“Paz, pan y trabajo”...
Mi estado de ánimo me daba alas... Lo sentía y comprendía...
Día soleado y fresco, ¿martes?... No tenía miedo sino alegría, euforia... “Se va a acabar, se va a acabar...”
No me sentía ni derecha ni humana, más bien era una liebre escapando en zigzag de la cacería... Liebre en la que había estallado la furia contenida...
Nos reagrupamos, gaseados, mojados... Estallamos en carcajadas al ver que estábamos todos... Nos invadió la consigna “luchen, luchen que se van”...
Fuimos a mi casa, brindamos... “Feliz Cumple Nena”
Fue anoche, pasaron nada más que 31 años...


31 de marzo de 2013